lunes, 1 de octubre de 2012

NUESTRO JOSÉ MARTÍ, SUS VERSOS SENCILLOS, Y LO SOBRENATURAL

(www.miscelaneasdecuba.
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).- "De Martí creemos saber lo necesario, hasta que luego intuimos que apenas ignoramos lo suficiente". José Lezama Lima. Los versos sencillos en la poesía martiana han sido uno de los más leídos y comentados entre los amantes de la lengua española. Algunos afirman que esos versos componen un registro autobiográficos de su autor, mas en este trabajo investigativo nos remitiremos a la poetisa chilena y Premio de Literatura (1945) Gabriela Mistral (1889-1957).
La galardonada, anteriormente mencionada, en una conferencia que pronunció en el teatro Campoamor, de La Habana, el 30 de octubre de 1938 con el título Los Versos Sencillos de José Martí, asume con agudeza el tratamiento de lo que designa como lo sobrenatural en Martí y analiza, entre otros, los mencionados versos.
La poetiza (1) se apoya en el testimonio de un entrañable amigo del Apóstol: Me contaba hace años Don Luis Baralt que él tuvo la curiosidad de preguntar a su amigo sobre ese verso que quema las manos y en el cual se refiere al alma: "vista" por él, "vista" dos veces.
Me decía el compañero de Martí que el Maestro le contestó que, realmente al morírsele el padre y separarse de la mujer que lo quiso, él "vio el alma", que él la miró con sus ojos de hombre.
Para la autora del poemario Desolación, Martí debió sentir rubor por hacer una confidencia de aquella índole a su amigo, puesto que vivió en una época negadora de lo sobrenatural y, de enterarse otras personas, "le echarían encima la mofa de tanto zafio escupidor de lo que no entiende, de no llevarlo consigo".
En una de las publicaciones de la Revista Imago, publicación trimestral de la arquidiócesis de Ciego de Ávila, su director José G. Quintas considera que Baralt era un individuo lo suficientemente cercano a Martí como para producir rubor ante la insólita confesión, pues entre ambos existía una honda camaradería.
Este confidente íntimo, Luis Alejandro Baralt y Peoli (1849-1933), fue un patriota cubano que vivió exiliado en Nueva York y era, por añadidura primo de Carmen Miyares Peoli, la madre de María Mantilla.
Médico, poeta y educador , se desempeñó como profesor de lengua y literatura españolas en The New York City College y en la Universidad de Columbia, destacándose también como conferencista y traductor de Shakespeare; gracias a sus gestiones Martí, al tener que renunciar a los consulados de Argentina, Uruguay y Paraguay por sus actividades revolucionarias, pudo ejercer como maestro en el Central High School y ganarse así el sustento.
En el libro El Martí que yo conocí, de Blanche Zacharie de Baralt, Colección de Estudios Martianos, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1980, quien fue esposa de Luis, sabemos que José Martí era "fraternal amigo de mi marido, tertuliano constante, respetado y querido de nuestra casa", amén de haber sido el padrino de su matrimonio.
Ella confirma el testimonio que antes nos ofreciera la Mistral, puesto que en la obra que dedicara a sus relaciones con el héroe, El Martí que yo conocí, nos cuenta lo siguiente: Un día hablando con Luis de la inmortalidad del alma, creencia arraigada en el Apóstol, dijo que tenía absoluta seguridad de la supervivencia del alma, no sólo porque lo sentía en lo profundo de su ser, sino porque había visto el alma.
Le contó que estando al lado de un anciano en la agonía, vio, al expirar este -juraba que lo había visto- salir de su boca algo etéreo, impalpable, que exhaló con el último aliento: era su alma. (Zacharie, p.49).
Para Zacharie esto explicaba la famosa cuarteta y del cuarto verso, conjetura que sugiere su despedida de María García Granados, la "Niña de  Guatemala", al retornar él a México para casarse con Carmen Zayas Bazán. Rápida como un reflejo, Dos veces vi el alma, dos: Cuando murió el pobre viejo, Cuando ella me dijo adiós.
Apenas hemos bordeado un tema que parece atractivo para que meditemos sobre él, sin intentar sentar cátedra en una disciplina, la parapsicología, que es objeto de tanta controversia todavía y acercándonos a ella, por demás, a través de una personalidad tan intrincada -nuestro Martí- que no en balde hizo exclamar a Lezama Lima que creemos saber lo necesario de él y tan solo ignoramos lo suficiente.
A modo de conclusión tomamos las palabras del señor Quintas, de quien adquirimos buena parte de nuestra investigación: "Aspiramos que esto provoque, al menos, el interés y la curiosidad de los lectores, con la premisa cierta de seguir el útil consejo de San Pablo, que nos exhorta a examinarlo todo y quedarnos, a la postre, con lo bueno ( 1Tes 5, 21-22)".
(1) Mistral, Gabriela. Los Versos Sencillos de José Martí en Islas, No.43. Septiembre - diciembre, 1972.
TOMADO DE:http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=19005

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