lunes, 19 de diciembre de 2011

Patria, el periódico de Martí

Por Guillermo Cabrera Leiva
Diario Las Americas
Publicado el 01-31-2009
Como complemento a la gestión personal de José Martí durante su campaña por la independencia de Cuba en los Estados Unidos, el periódico PATRIA que él fundara en Nueva York en 1892. Es el documento más valioso para conocer y apreciar la obra de aquel exilio de fines del siglo XIX. PATRIA fue la constancia, en letra de imprenta, del esfuerzo realizado por los patriotas cubanos en aquellos años

Gonzalo de Quesada y Miranda, en un detallado artículo, expone lo siguiente:

“Durante largos años Martí había acariciado el proyecto de un periódico en el exilio. Y ya en plena línea ascendente de su luminosa carrera de patriota, esboza, en carta de 16 de noviembre de 1889 a su discípulo predilecto Gonzalo de Quesada y Aróstegui, su plan de sacar un periódico, que no había de ser otro que PATRIA, del cual, en realidad fue un anticipo juvenil, aquel el primer periódico suyo “La Patria Libre” en enero de 1869”.

El 14 de marzo de 1892 vio la luz PATRIA, luego de muchos esfuerzos. Inicialmente aparecía los sábados al precio de cinc centavos el ejemplar. Constaba de cuatro páginas a cuatro columnas con un tamaño poco usual (52 por 36 cms.) Se distribuía usualmente por correo y era sostenido con el aporte, mayormente, de los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso, así como de intelectuales cubanos y puertorriqueños que vivían en Nueva York.

Un cubano ejemplar, Rafael Serra, relata “cómo después de animadas reuniones en “La Liga”, la sociedad de instrucción fundada por Martí para los humildes emigrados cubanos y puertorriqueños de color en Nueva York, y por último, en casa del Maestro, con ayuda de varios patriotas, se convenció a Martí de sacar a luz Patria sin más demora. Todos los allí reunidos contribuyeron con algún dinero y a los pocos días, el 14 de marzo de 1892, Patria era un hecho”.

Y sigue diciendo Serra: “Martí encontró la mayor ayuda para su naciente publicación en el noble puertorriqueño Sotero Figueroa, quien, pese a su agotadora labor diurna en “La Revista Ilustrada”, dedicaba las noches, con capacidad y fervor, a la confección de PATRIA”. Colaboraban en el periódico, además de Gonzalo de Quesada y Aróstegui, Benjamín Guerra, tesorero del Partido Revolucionario Cubano, Abelardo Agramante, Dr. Ramón L. Miranda, Luis Rodolfo Miranda y Enrique Loynaz del Castillo.

En su primer número la nota principal fue la reproducción de las “Bases del Partido Revolucionario Cubano”. También en la página frontal aparecía un artículo de Martí titulado “Nuestras Ideas”, donde expresa que el periódico nace “para juntar y amar y para vivir en la pasión de la verdad””.

En la página tercera de ese número inicial, Martí expone, en un artículo titulado “A nuestra prensa”, el papel que le corresponde en la batalla por la independencia y la libertad y sobre todo, “para evitar que el enemigo nos vuelva a vencer por nuestro desorden”.

En este primer numero de PATRIA hay tres noticias sobre la visita realizada por Martí a Tampa y Cayo Hueso, la creación de dos nuevos clubes patrióticos en Filadelfia y Atlanta y un a sesión del; Club Borinquen, donde se expresó adhesión al Partido Revolucionario Cubano.

“Martí – señala Gonzalo de Quesada y Miranda – trabajaba hasta altas horas de la noche, con entusiasmo, decisión y fe. Todos cargaban, pese a la ventisca o la nieve, en medio del frío cortante de Nueva York, durante el invierno, al igual que durante el verano sofocante, los paquetes de PATRIA, hasta la oficina de correos, de donde partían hacia las diferentes agencias en ciudades norteñas o de “Nuestra América”. Y el propio Martí, democráticamente, se echaba también al hombro los ejemplares, fresca aún la tinta, con su mensaje redentor”.

Y agrega: “Y aquel hombre extraordinario, de temperamento generalmente sereno y dulce, se convertía en una ardilla humana, subía a paso acelerado las escaleras de “los elevados” o se tornaba serio y exigente cuando creía que la salida de PATRIA iba a demorarse, si la confección no era del todo de su agrado. “Eran -- como escribió Serra – los tiempos de la abnegación y el sacrificio. No había plaza retribuida, ni jefe que mandase cual burócrata español”.

PATRIA les dijo adiós a sus lectores el 31 de diciembre de 1898, luego de imprimirse 522 números. En sus páginas queda la historia del esfuerzo independentista de los cubanos, y la memoria más elocuente de la vida y la obra de José Martí.

domingo, 4 de diciembre de 2011

YA QUE SABEMOS QUE NUESTRO APÓSTOL, JOSÉ MARTÍ, ABRAZÓ LAS IDEAS DEL LIBERALISMO, DEBEMOS CONOCER QUÉ ES EXACTAMENTE EL SISTEMA POLÍTICO, FILOSÓFICO Y ECONÓMICO LIBERAL.

Liberalismo

Para otros usos de este término, véase Liberalismo (desambiguación).

Figuras alegóricas del Monumento a la Constitución de 1812 en Cádiz.
El liberalismo es un sistema filosófico, económico y político, que promueve las libertades civiles y se opone a cualquier forma de despotismo, apelando a los principios republicanos y siendo la corriente en la que se fundamentan la democracia representativa y la división de poderes.
Aboga principalmente por:
El liberalismo surgió de la lucha contra el absolutismo e inspiró en parte la organización del Estado de Derecho con poderes limitados -que idealmente tendría que reducir las funciones del gobierno a seguridad, justicia y obras publicas- y sometido a una constitución, que permitió el surgimiento de la democracia liberal durante el siglo XIX la cual se encuentra vigente en muchas naciones actuales, especialmente en las de Occidente. El liberalismo al promover la libertad económica despojó a las sociedades donde pudo aplicarse de las regulaciones económicas del absolutismo permitiendo el desarrollo natural de la economía de mercado y el ascenso progresivo del capitalismo.

Contenido

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[editar] Características

Sus características principales son:
  • El individualismo, que considera al individuo primordial, como persona única y en ejercicio de su plena libertad, por encima de todo aspecto colectivo.
  • La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos: libertad de pensamiento, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite consiste en la libertad de los demás, y que debe constituir una garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.
  • El principio de igualdad entre las personas, entendida en lo que se refiere a diversos campos jurídico y político. Es decir, para el liberalismo, todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el Estado.
  • El derecho a la propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa individual, y como derecho inalterable que debe ser salvaguardado y protegido por la ley.
  • El establecimiento de códigos civiles, constituciones, e instituciones basadas en la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y en la discusión y solución de los problemas por medio de asambleas y parlamentos.
  • La tolerancia religiosa en un Estado laico.

[editar] Liberalismo social y económico

Artículos principales: Liberalismo social y Liberalismo económico

Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en Málaga en 1831, quienes intentaron sin éxito acabar con la política absolutista de Fernando VII. Óleo de Antonio Gisbert Pérez (1834-1901).
El liberalismo normalmente incluye dos aspectos interrelacionados, el social y el económico. El liberalismo social es la aplicación de los principios liberales en la vida política de los individuos, como por ejemplo la no intromisión del Estado o de los colectivos en la conducta privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales, existiendo plena libertad de expresión y religiosa, así como los diferentes tipos de relaciones sociales consentidas, morales, etc.
Esta negativa permitiría (siempre y cuando sea sometida a aprobación por elección popular usando figuras como referendums o consultas públicas, ya que dentro del liberalismo siempre prevalece el estado de derecho y este en un estado democrático se lleva a su máxima expresión con la figura del sufragio) la legalización del consumo de drogas, la libertad de paso, la no regulación del matrimonio por parte del Estado (es decir, éste se reduciría a un contrato privado como otro cualquiera, pudiendo ser, por tanto, contratado por cualquier tipo de pareja), la liberalización de la enseñanza, etc. Por supuesto, en el liberalismo hay multitud de corrientes que defienden con mayor o menor intensidad diferentes propuestas.
El liberalismo económico es la aplicación de los principios liberales en el desarrollo material de los individuos, como por ejemplo la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre los ciudadanos, impulsando la reducción de impuestos a su mínima expresión y reducción de la regulación sobre comercio, producción, etc. Según la ideología liberal, la no intervención del Estado asegura la igualdad de condiciones de todos los individuos, lo que permite que se establezca un marco de competencia justa, sin restricciones ni manipulaciones de diversos tipos. Esto significa neutralizar cualquier tipo de beneficencia pública, como aranceles y subsidios.

[editar] Liberalismo benthamiano y paretiano

Una división menos famosa pero más rigurosa es la que distingue entre el liberalismo predicado por Jeremías Bentham y el defendido por Wilfredo Pareto. Esta diferenciación surge de las distintas concepciones que estos autores tenían respecto al cálculo de un óptimo de satisfacción social.
En el cálculo económico se diferencian varias corrientes del liberalismo. En la clásica y neoclásica se recurre con frecuencia a la teoría del Homo oeconomicus, un ser perfectamente racional con tendencia a maximizar su satisfacción. Para simular este ser ficticio, se ideó el gráfico Edgeworth-Pareto, que permitía conocer la decisión que tomaría un individuo con un sistema de preferencias dado (representado en curvas de indiferencia) y unas condiciones de mercado dadas. Es decir, en un equilibrio determinado.
Sin embargo, existe una gran controversia cuando el modelo de satisfacción se ha de trasladar a una determinada sociedad. Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción social, el modelo benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.
Según Wilfredo Pareto, la satisfacción que goza una persona es absolutamente incomparable con la de otra. Para él, la satisfacción es una magnitud ordinal y personal, lo que supone que no se puede cuantificar ni relacionar con la de otros. Por lo tanto, sólo se puede realizar una gráfica de satisfacción social con una distribución de la renta dada. No se podrían comparar de ninguna manera distribuciones diferentes. Por el contrario, en el modelo de Bentham los hombres son en esencia iguales, lo cual lleva a la comparabilidad de satisfacciones y a la elaboración de una única gráfica de satisfacción social.
En el modelo paretiano, una sociedad alcanzaba la máxima satisfacción posible cuando ya no se le podía dar nada a nadie sin quitarle algo a otro. Por lo tanto, no existía ninguna distribución óptima de la renta. Un óptimo de satisfacción de una distribución absolutamente desigual sería, a nivel social, tan válido como uno de la más absoluta igualdad (siempre que éstos se encontrasen dentro del criterio de óptimo paretiano).
No obstante, para igualitaristas como Bentham, no valía cualquier distribución de la renta. El que los humanos seamos en esencia iguales y la comparabilidad de las satisfacciones llevaba necesariamente a un óptimo más afinado que el paretiano. Este nuevo óptimo, que es necesariamente uno de los casos de óptimo paretiano, surge como conclusión lógica necesaria de la ley de rendimientos decrecientes.

[editar] Pensadores liberales

La categoría Liberales agrupa todos los artículos sobre personalidades liberales. La que sigue es sólo una breve relación orientativa de liberales de gran relevancia en la historia de esta corriente intelectual, académica y política.

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[editar] Véase también

[editar] Bibliografía

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[editar] Principales obras

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