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Es un blog dedicado devotamente a divulgar el pensamiento martiano dentro del contexto de la Cuba de hoy sometida a la más férrea y totalitaria dictadura, la impuesta por el clan Castro, y denunciar al mundo la falacia y el mentís que en Cuba se materializa el sueño martiano.
sábado, 3 de noviembre de 2012
martes, 30 de octubre de 2012
El
modernismo
El movimiento literario y artístico llamado el modernismo empezó en 1880 y duró hasta aproximadamente 1910. Los modernistas lograron una identidad literaria completamente nueva por rechazar lo convencional de los movimientos anteriores. En el nuevo sentido del << arte por el arte>>, el objectivo principal del modernismo era la pureza estética y la búsqueda por la belleza absoluta. La inspiración modernista derivó de la antiguedad greco-romana y del Lejano Oriente. El modernismo hispanoamericano se basó en las ideas de los parnasianos, que fundaron una escuela literaria durante la segunda mitad del siglo XIX que enfatizó la separación entre el arte y la política. Aunque esta división no se estableció completamente en Latinoamérica por los autores y activistas como José Enrique Rodó, el modernismo se enfoca por gran parte en el valor del arte misma y no el contenido social o político de la literatura.
Jefe honra, pintado por Alejandro Xul Solar, Argentina, 1923; Collection Marion & Jorge Helft, Buenos Aires
La primera fase y José Martí
Poesía de Martí
Yo soy un hombre sincero. . .
Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
y hacia todas partes voy:
arte soy entre las artes,
en los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
de las yerbas y las flores,
y de mortales engaños,
y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
llover sobre mi cabeza
los rayos de lumbre pura
de la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros
de las mujeres hermosas:
y salir de los escombros,
volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
con el puñal al costado,
sin decir jamás el nombre
de aquélla que lo ha matado.
Rápida, como un reflejo,
dos veces vi el alma, dos:
cuando murió el pobre viejo,
cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez- en la reja,
a la entrada de la viña,-
cuando la bárbara abeja
picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte
que gocé cual nunca: -cuando
la sentencia de mi muerte
leyó el alcaide llorando.
Oigo un suspiro, a través
de las tierras y la mar,
y no es un suspiro, -es
que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero
tome la joya mejor,
tomo a un amigo sincero
y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila herida
volar al azul sereno,
y morir en su guarida
la víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo
cede, lívido, al descanso,
sobre el silencio profundo
murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada,
de horror y júbilo yerta,
sobre la estrella apagada
que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
la pena que me lo hierre:
el hijo de un pueblo esclavo
vive por él, calla y muere.
Todo es hermoso y constante,
todo es música y razón,
y todo, como el diamante,
antes que luz es carbón.
Yo sé que el necio se entierra
con gran lujo y con gran llanto.-
Y que no hay fruta en la tierra
como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito
la pompa del rimador:
cuelgo de un árbol marchito
mi muceta de doctor.
*<<Yo soy un hombre sincero. . . >>, José Martí; Texto y vida; Introducción a la literatura hispanoamericana ed. Bárbara Mujica, Fort Worth: Harcourt Brace Jovanovich College Publishers, 1992. (1) Malembo, The God of the Crossroads, 1943; pintado por Wifredo Lam, Cuba; Collection Mr. and Mrs. Joseph R. Shapiro, Oak Park, Illinois.
(2) Oque Orisi, 1944; pintado por Wifredo Lam, Cuba; Private Collection, New York.
La segunda fase y Rubén Darío
Poesía de Darío
El movimiento literario y artístico llamado el modernismo empezó en 1880 y duró hasta aproximadamente 1910. Los modernistas lograron una identidad literaria completamente nueva por rechazar lo convencional de los movimientos anteriores. En el nuevo sentido del << arte por el arte>>, el objectivo principal del modernismo era la pureza estética y la búsqueda por la belleza absoluta. La inspiración modernista derivó de la antiguedad greco-romana y del Lejano Oriente. El modernismo hispanoamericano se basó en las ideas de los parnasianos, que fundaron una escuela literaria durante la segunda mitad del siglo XIX que enfatizó la separación entre el arte y la política. Aunque esta división no se estableció completamente en Latinoamérica por los autores y activistas como José Enrique Rodó, el modernismo se enfoca por gran parte en el valor del arte misma y no el contenido social o político de la literatura.
Jefe honra, pintado por Alejandro Xul Solar, Argentina, 1923; Collection Marion & Jorge Helft, Buenos Aires
La primera fase y José Martí
Se dividió la época modernista hispanoamericana en dos fases principales. La primera se extendió de 1880 a 1910 y representó el fuerte deseo latinoamericano de liberarse literalmente y separarse ideológicamente del dominio español.
Muchos críticos consideran a José Martí como el iniciador del movimiento modernista. Su obra refleja la gloria de su patria cubana en vez de las cosas lejanas y exóticas que caracterizan la poesía de otros modernistas. Martí nació en La Habana y luchó por la independencia de Cuba por la mayoría de su vida. Por sus actividades subversivas Martí fue desterrado dos veces a España donde comenzó a escribir Versos libres y Flores del destierro, dos colecciones de poemas publicadas póstumamente. Aunque Martí escribió en un estilo muy personal y enfocó en muchos temas románticos como la libertad y el amor, se considera modernista por su gran afán de la belleza.
José Martí.
Poesía de Martí
Yo soy un hombre sincero. . .
Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
y hacia todas partes voy:
arte soy entre las artes,
en los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
de las yerbas y las flores,
y de mortales engaños,
y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
llover sobre mi cabeza
los rayos de lumbre pura
de la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros
de las mujeres hermosas:
y salir de los escombros,
volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
con el puñal al costado,
sin decir jamás el nombre
de aquélla que lo ha matado.
Rápida, como un reflejo,
dos veces vi el alma, dos:
cuando murió el pobre viejo,
cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez- en la reja,
a la entrada de la viña,-
cuando la bárbara abeja
picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte
que gocé cual nunca: -cuando
la sentencia de mi muerte
leyó el alcaide llorando.
Oigo un suspiro, a través
de las tierras y la mar,
y no es un suspiro, -es
que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero
tome la joya mejor,
tomo a un amigo sincero
y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila herida
volar al azul sereno,
y morir en su guarida
la víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo
cede, lívido, al descanso,
sobre el silencio profundo
murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada,
de horror y júbilo yerta,
sobre la estrella apagada
que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
la pena que me lo hierre:
el hijo de un pueblo esclavo
vive por él, calla y muere.
Todo es hermoso y constante,
todo es música y razón,
y todo, como el diamante,
antes que luz es carbón.
Yo sé que el necio se entierra
con gran lujo y con gran llanto.-
Y que no hay fruta en la tierra
como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito
la pompa del rimador:
cuelgo de un árbol marchito
mi muceta de doctor.
*<<Yo soy un hombre sincero. . . >>, José Martí; Texto y vida; Introducción a la literatura hispanoamericana ed. Bárbara Mujica, Fort Worth: Harcourt Brace Jovanovich College Publishers, 1992. (1) Malembo, The God of the Crossroads, 1943; pintado por Wifredo Lam, Cuba; Collection Mr. and Mrs. Joseph R. Shapiro, Oak Park, Illinois.
(2) Oque Orisi, 1944; pintado por Wifredo Lam, Cuba; Private Collection, New York.
La segunda fase y Rubén Darío
La segunda fase del modernismo comenzó en 1888 con la publicación de Azul, la pequeña colección de poemas y cuentos escrita por el nicaraguense Rubén Darío. Esta fase se caracterizó por la afirmación de una conexión entre Latinoamérica y España. El espíritu de panamericanismo que existió durante la primera fase se rompió por la intervención excesiva de los Estados Unidos en los asuntos nacionales de los paises latinoamericanos. Por su hostilidad hacia su vecino norteamericano estos paises se unieron para enfocar en los legados que habían heredado de su país maternal de España. Además del estilo tan original de Darío, se notan también la musicalidad y las imágenes exóticas y delicadas en los poemas de Azul. Sus obras más conocidas son Prosas profanas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905).
Poesía de Darío
El sueño de Doña Marina 2, 1977; pintado por Alberto Gironella, México; Centro Cultural/Arte Contemporáneo, la Ciudad de México.SonatinaLa princesa está triste. . . qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro;
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida)
Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!-Calla, calla, princesa- dice el hada madrina,-
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!
*<<Sonatin>>a, de Prosas
profanas y otros poemas; Rubén Darío
TOMADO DE : http://home.wlu.edu/~barnettj/Holding/01/phillipsg/sigloXX_modernismo.htm
lunes, 29 de octubre de 2012
LENGUA Y ESTILO EN LA PROSA DE JOSÉ MARTÍ
Evarista Ramírez Lafont Teresa Beltán Vigó
evaristaramirez@yahoo.es
Estudiar a José Martí significa aprovechar una de las mejores oportunidades para la comprensión del proceso histórico y cultural, no solo de Cuba, sino de Latinoamérica. Los estudios sobre la literatura hispanoamericana y cubana señalan que, en las postrimerías del siglo XIX, más exactamente en su último tercio, se inicia en esta región del continente, un movimiento renovador en el campo de las letras, que se denominó “Modernismo”, y que alcanzó su más alto quilate en el campo de la poesía.
Esta voluntad de cambio, de búsqueda de nuevas formas de expresión, tuvo sus primeros brotes en varias naciones simultáneamente; algunas tienen el honor de haber sido las iniciadoras; y otras, el mérito de haberl elevado a su máximo esplendor los nuevos modos expresivos.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Ramírez Lafont y Beltán Vigó: Lengua y estilo en la prosa de José Martí, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, mayo 2009, www.eumed.net/rev/cccss/04/rlbv.htm
La pléyade de escritores que encabezan el movimiento modernista en Latinoamérica no es amplia; fueron solo siete autores, considerados como poetas y prosistas a la vez, y que representan a sus respectivos países en esa búsqueda de nuevos horizontes en la creación literaria. En este quehacer se incluye Cuba, pues en el Caribe no es amplia su repercusión. Los autores encargados de traer a la literatura de la región lo nuevo:
Cuba - Julián del Casal (1893)
Cuba - José Martí (1895)
México - Manuel Gutiérrez Nájera (1895)
Colombia - José Asunción Silva (1896)
Uruguay - Julio Herrera y Reissig (1910)
Nicaragua - Rubén Darío (1916)
México - Amado Nervo (1919)
Coincidentemente cuatro de ellos mueren en la última década del siglo. Cuba pierde sus voces mayores con la muerta de Martí y Julián del Casal; también Colombia sufre la ausencia de José Asunción Silva, y México, la de Manuel Gutiérrez Nájera. Después de 1896 solo tres países continúan el rumbo trazado por el Modernismo, único hecho cultural que logró invertir la dirección del influjo en la relación entre Europa y América.
Los críticos que se han ocupado del análisis de la creación literaria de José Martí, en los últimos treinta o cuarenta años, han demostrado que fue Martí el primero no solo en postular los principios de la nueva orientación estética que cambiaría el panorama de las letras en la América hispana, sino que, simultáneamente, ya venía introduciéndolos tempranamente en su práctica escriturar, durante el período de su estancia en México y Guatemala (1875- 1877). En esta etapa ya Martí exhibe una prosa rica y profunda por las ideas que expresa; pero, sobre todo, hermosa y auténtica por la forma de expresión que emplea para el tratamiento de cualquier tema de la realidad que lo rodea. Martí ya exhibe una prosa llena de vigor que se nutre de la dramática realidad de los pueblos del “sur del río Bravo”, y de la preocupación que tenía este intelectual, y político visionario, sobre el destino de estos pueblos en su relación con “el gigante de las siete leguas”.
Muestra de esa prosa renovada son sus crónicas periodísticas, escritas para la opinión pública hispanoamericana, a través de los órganos de prensa de mayor audiencia en la región:
La Opinión Nacional (Caracas)
La Nación (Buenos Aires)
El Partido Liberal (México)
La República (Honduras)
De 1881 son sus principales enunciados teóricos expresados, en primera instancia, en el segundo número de la Revista Venezolana, que fue fundada por él en ese año. En ella defendió el derecho que tienen los escritores de hacer uso del color, el simbolismo y la musicalidad, elementos que caracterizaron a la poesía francesa de la época y que él conocía muy bien.
1875 es el año en que, según el criterio general de los analistas de la obra martiana, Martí comienza a emplear en sus escritos, símbolos y colores de profunda connotación tales como: azul, blanco, oro, luz, porcelana, mármol, yugo, estrella, sol, etc. Como se puede observar, todos estos elementos nos llevan a evocar un campo semántico que tiene un vórtice, una idea central: la pureza, lo auténtico, lo incorruptible, lo resistente, lo hermoso; como lo es su propia ética y que van a ir marcando uno de los rasgos de su estilo propio.
El papel de Martí en ese renovación denominada Modernismo ha desatado muchas polémicas entre los estudiosos de su obra: Federico de Onís (1961), Juan Marinello (1965), Ángel Rama (1974), Roberto Fernández Retamar (1975) e Iván Schulman (1969), entre otros, y que, por razones obvia, no entraremos aquí en el análisis de los diferentes puntos de vista al respecto.
Lo que sí ha quedado claro es que la labor renovadora de Martí es de un alcance que va más allá de la literatura, se extiende a otras dimensiones de la sociedad: histórica política, ética, ideológica, educativa, etc. Para Martí el cambio que se necesitada no era solo de forma sino, sobre todo, de esencia. Por eso en 1881 escribirá: “…No habrá literatura hispanoamericana hasta que no haya Hispanoamérica”.(1)
Cómo llega José Martí a forjarse un estilo, una manera de escribir, que ha dado quehacer a sus lectores, tanto contemporáneos suyos como actuales.
La formación humanista que recibió José Martí, se inicia desde las enseñanzas de su maestro Rafael María Mendive y se van enriqueciendo hasta alcanzar sus títulos académicos, primero, de Bachiller, y luego, los de Licenciado en Derecho Civil y Canónico, y Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza (en el breve lapso de un año y medio (mayo de 1973- octubre de 1874). Tantos frutos en tan poco tiempo nos habla de su acelerado desarrollo intelectual y de su madurez en el aspecto intelectual. Esta formación le permitió adquirir una conciencia de la importancia que tiene el esmero en el uso del idioma, de la lengua, lo que sería en lo adelante, su principal arma para lograr los altos objetivos que se proponía.
Múltiples son las reflexiones que hizo José Martí sobre el uso de la lengua; muestras de ello son las siguientes:
“¡Oh!, la palabra, como viento que enciende, saca las llamas del espíritu al rostro (…) Mas la palabra tiene alas, y vuela caprichosa, y se entra en mundos ignorados e imprevistos”.(2)
“No hay como esto de saber de dónde viene cada palabra que se usa, y qué lleva en sí, y cuanto alcanza, ni hay nada mejor para agrandar y robustecer la mente que el uso esmerado y oportuno del lenguaje”.(3)
Martí tenía conciencia de lo difícil que resultaba su estilo al lector común; al respecto, expresó:
“(…) las sinuosidades de mi estilo, inevitables, por la armazón en que me ocurre el pensamiento”.(4)
Él mismo reconoce en estas palabras que su escritura es compleja, lo cual está dado, fundamentalmente, por dos factores que, en nuestro juicio, son los fundamentales: PRIMERO, la vastedad de su cultura que le permite establecer, constantemente, profusas relaciones intertextuales entre los más diversos campos del conocimiento, especialmente, la historia universal, la literatura y el arte; tres elementos que, integrados forman la base sustentadora de la amplia cultura que poseyó José Martí.
Martí contribuyó al aporte que hizo la América hispana a la lengua española, a partir de sus innovaciones y la legitimación de lo más puro de las raíces hispánicas, enriqueciéndolas con los elementos propios de la nueva realidad insurgente, de la América nuestra. Vivencias, conocimientos, motivaciones, emoción, y principios éticos profundos, están en la base de todo lo que escribió Martí en los diferentes géneros que cultivó: la crónica periodística, el ensayo, la poesía, la oratoria, el cuento, el teatro, la novela, el arte epistolar y, el apunte o notas ocasionales.
En la obra martiana se observa un estilo propio, inconfundible; cuando se lee una frase suya, una idea o una página entera, sobre cualquier tema, el lector entendido en la materia reconoce la presencia del Maestro, sin haber indagado antes sobre quién es el autor de lo que lee. Es que Martí logró un estilo, una manera peculiar de expresar sus ideas tanto en la lengua oral como escrita. Pues, el estilo de un escritor es su sello personal; es la manera propia que tiene de hacer y expresarse como individualidad humana y como sujeto social, lo cual se acentúa aún más en escritores y artistas cuya personalidad se revela con gran fuerza en toda su creación. Pero en Martí se integran esas cualidades y algo más; fue un pensador profundo, un político con visión de futuro y un sociólogo atinado.
SEGUNDO: la complejidad de la escritura de José Martí que es reconocida por los especialistas que se han dedicado y se dedican al estudio de este tema. Hay consenso sobre que lo que caracteriza su manera de escribir es la conjugación de elementos diversos, lo cual hace que el lector común al enfrentarse al texto martiano, muy frecuentemente, encuentre una barrera: la sintaxis, la manera peculiar de componer el período oracional en el cual son frecuentes las extensas oraciones psicológicas y el uso, muy marcado, del hipérbaton; por ello la lectura de la prosa con estas características se torna difícil, si el lector no está bien entrenado y conoce estos rasgos del uso del lenguaje en José Martí. A pesar de ello, hoy contamos con anécdotas sobre la magia del verbo martiano que han pasado a ser antológicas, porque nos hablan del poder de persuasión que tenía José Martí. Así lo confirman los ejemplos siguientes:
(…) Un mambí exclama: “¡No lo comprendíamos, pero estábamos dispuestos a morir por él! “ Otro asegura: “Me glorifico de haber nacido tan solo por placer de haberlo oído”.Un tercero, capitán del Ejército Libertador, declara:” Su decir era prodigioso sus palabras parecía que venían de un ser sobrenatural”, (5)
En su discurso del 10 de Octubre de 1990, Martí expresó:” Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y entero. Las palabras están demás cuando no fundan… “ (6)
Hay en estas ideas una tácita alusión a su propia manera de de escribir, tiene conciencia de que su estilo causa asombro, tanto por las ideas como por la forma; por eso aclara:
“De esmerado y pulcro han motejado algunos el estilo de algunas de las sencillas producciones que vieron la luz en nuestro número anterior”.(7) Se está refiriendo al primer número de la Revista que había fundado en Venezuela en 1881. Y, seguidamente, se pregunta: “¿cuándo empezó a ser condición mala el esmero? Solo que aumentan las verdades con los días, y es fuerza que se abra paso esta verdad acerca del estilo: el escritor ha de pintar, como el pintor. No hay razón para que uno use de diversos colores y no el otro. Con las zonas se cambia de atmósfera, y con los asuntos de lenguaje. Que la sencillez sea recomendable, no quiere decir que se excluya del traje un excelente adorno.” (8)
En su manera de emplear el lenguaje Martí combina lo puramente castizo con nuevas maneras de expresión; por eso es que en toda su escritura podemos encontrar, indistintamente, arcaísmos y neologismos; ideas cuya elaboración se hace a través de la síntesis, la sentencia, lo aforístico, provocando una sintaxis breve y concisa; y otras, en las que se acude a una construcción de carácter argumentativo y, por tanto, la sintaxis es extensiva, por el uso de la subordinación, como el elemento gramatical fundamental en la estructuración del período u oración psicológica. En síntesis, en la prosa martiana se combinan los períodos largos y breves o cortos, según prefiera el autor, a la hora de comunicar con la intención de que llegue al destinatario lo más clara y precisa posible.
Conocedor profundo de la lengua española, Martí pudo manejarla con la soltura que nadie ha podido igualar, ni entre los contemporáneos suyos ni después; en este sentido, Martí no ha tenido continuador.
Para él la precisión en el lenguaje es de suma importancia: “el lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. La idea ha de cuajar exactamente en la frase, tan exactamente que no pueda quitarse nada de la frase sin quitar eso mismo de la idea.” (9)
En estas palabras subyace la voluntad, la decisión consciente que lleva a José Martí a escribir de la manera que lo caracteriza; por eso es que logra acuñar ese estilo que lo identifica en la misma medida que lo enaltece, a tal punto, de haber sido considerado como el latinoamericano que podía satisfacer la audiencia de un público universal.
Principales rasgos de la prosa martiana:
Riqueza léxica: utiliza la palabra convenientemente, lo que sugiere al lector un mundo deposibilidades interpretativas;
La iteración de palabras y estructuras como recursos que permiten enfatizar en las ideas que desea subrayar;
Uso muy original de la puntuación;
Combinación de cláusula extensa: justificación, causa-efecto, comparación, contraste, ejemplificación (estilo profuso); con fases sentenciosas, muy sintéticas.
El uso de símbolos (luz, estrella, Sol, yugo, alas), colores (azul, blanco, negro oro), objetos de material precioso (porcelana, mármol, ónice), todo ello en correspondencia con la estética modernista que él preconiza, inicia y desarrolla, pero con características propias;
Alto valor poético por la forma en que se construye (arquitectura) y la riqueza tropológica: símbolos, metáforas, alegorías; imágenes cromáticas, auditivas y sinestésicas que le aportan un valor pictórico al texto; el uso preciso del símil, el epíteto, la prosopopeya y la sinécdoque, entre otros recursos del lenguaje literario;
Presencia de la intertextualidad como expresión de la amplia cultura del autor y de su talento creativo;
Uso marcado del polisíndeton y el hipérbaton en la construcción de la cláusula, lo cual provoca que la sintaxis resulte compleja.
Los dos fragmentos siguientes, tomados de un mismo texto, sirven de ejemplos para demostrar el contraste entre una sintaxis muy sintética (período corto), y la sintaxis extensa (período largo) muy usado en la prosa martiana: (10)
a) “Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria”.
“No hay proa que taje una nube de ideas”;
“¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!”
“Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes”;
“Lo que quede de aldea en América ha de despertar”;
b) “Con los hábitos monárquicos y el Sol por pecho, se echaron a levantar pueblos los venezolanos por el Norte y los argentinos por Sur. Cuando los dos héroes chocaron y el continente iba a temblar, uno, que no fue menos grande, volvió riendas. Y como el heroísmo en la paz es más escaso, porque es menos glorioso que el de la guerra; como al hombre le es más fácil morir con honra que pensar con orden; como gobernar con los sentimientos exaltados y unánimes es más hacedero que dirigir, después de la pelea, los pensamientos diversos, arrogantes, exóticos o ambiciosos; como los poderes arrollados en la arremetida épica zapaban, con la cautela fina de la especie y el peso de lo real, el edificio que había izado, en las comarcas burdas y singulares de nuestra América mestiza; en los pueblos de piernas desnudas y casaca de París, la bandera de los pueblos nutridos de savia gobernante en la práctica continua de la razón y de la libertad; como la constitución jerárquica resistía la organización democrática de la República, o las capitales de corbatín dejaban en el zaguán al campo de bota de potro, o los redentores bibliógenos no entendieron que la revolución que triunfó en el alma de la tierra, desatada a la voz del salvador, con el alma de la tierra había de gobernar, y no contra ella ni sin ella…” (11)
Puede observase cómo en un mismo texto se utilizan dos maneras opuestas de construcción sintácticas; en el primer ejemplo, la economía de palabras hace que de condense al máximo la carga semántica de la comunicación; el sentido profundo hay que descubrirlo, y para ello el lector necesita tener conocimientos sobre la historia de América y otros aspectos de cultura general, lo que le permitirá poder establecer las posibles relaciones intertextuales que contribuirán a una mejor decodificación del mensaje y, como resultados de ello, a una clara comprensión de lo leído. En el segundo caso, aunque el estilo tiene un rasgo diferente, que es, desde el punto de vista gramatical, el uso continuado de las oraciones subordinadas, lo que hace que se extienda el período sintáctico. Si el lector no conoce estas características de los textos martianos; si no está familiarizado con la lectura de textos martianos, le resulta bastante difícil la comprensión de los mismos.
Un ejemplo del uso que hace Martí de la iteración y el polisíndeton (uso consecutivo de la conjunción copulativa “y“), como recursos de construcción textual, es el siguiente:
“(…) con cascos de oro muy labrados en le cabeza, y alas en la cintura, cuando son generales, y dos plumas muy largas en el casco, si son príncipes: y si son gente así, de mucho poder, no se sientan en las sillas de siempre, sino en sillas muy altas. Y cuentan, y pelean, y sudan, y conversan, hacen que toman té, y entran por las puertas de la derecha, y salen por la puerta de la izquierda: y la música toca sin parar, con sus platillos y su timbalón y su clarín y su violinete; y es un tocar extraño, que parece de aullidos y de gritos sin arreglo (…) pero no se ve que tienen un tono triste cuando se habla de muerte, y otro como de ataque cuando viene un rey de ganar una batalla, y otro como de procesión (…) y otro como de truenos…” (12)
Los elementos que se han tomado en consideración en este pequeño artículo, nos permiten afirmar que:
La originalidad de la prosa martiana está dada en el modo peculiar del autor para integrar los factores: léxico, semántico, sintáctico y estilístico en el uso de la lengua española, muy en correspondencia con sus presupuestos estéticos y éticos de José Martí.
Ante la prosa martiana el lector no debe quedarse simplemente con lo informativo, o simplemente anecdótico, sino que debe tratar de sumergirse en lo profundo para sacar, de entre líneas, el verdadero sentido que adquieren las ideas expresadas en cada texto; y para ello necesita sistematizar la lectura de su obra en los diferentes géneros y, adquirir una preparación elemental en aspectos importantes de la teoría literaria y de redacción.
En cualquiera de sus páginas en prosa es fácil encontrar aquellas cualidades que permiten considerar a Martí como uno de los mejores prosistas en lengua hispana, de todos los tiempos.
Bibliografía
Dill Hans-Otto: “El ideario literario y estético de José Martí”, en revista Casa de las Américas, La Habana, 1978.
Domínguez Hernández, Marlen A. Lengua y crítica en José Martí. La Habana, Editorial Pablo de la Torriente, 1989.
Jorge, Elena. José Martí, el método de su crítica literaria. Ciudad de la Habana, Editorial Letras Cubanas, 1984.
Letras. Cultura en Cuba 2. Ciudad de La Habana, Editorial Pueblo y Educación, 1990.
Martí, José. Páginas escogidas. Tomos I y II. Selección y prólogo de Roberto Fernández Retamar. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1974.
NOTAS
1. Martí, José. O.C. Tomo 21. P.
2. __________.O.C Tomo 19.p.271
3. ___________O.C. Tomo 21.p.167 y Tomo 17.p.234
4. ___________O.C. Tomo20.P.125
5. Vitier, Cintio. Vida y obra del Apóstol José Martí, CEM, 2006.pp.104-105. Apud. Manuel Ferrer Cuevas. “ Ante los restos de Martí, en Revista Cubana, julio 1951-dic.1952.p.165
6. _________. Ob. Cit. P.82.
7. Martí, José. Ensayos sobre Arte y Literatura. Ciudad de La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1979, p. 49
8. Ibidem
9. Martí, José. O.C. Tomo. XXI.p.225.
10. Todos los fragmentos seleccionados para ejemplificar han sido tomados del ensayo “ Nuestra América”, en: José Martí: Páginas Escogidas. Tomo I, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1974, pp.157-162.
11. El subrayado es de la autora.
12. Tomado de “Un paseo por la tierra de los anamitas”, en José Martí: La Edad de Oro. Ciudad de La Habana, Editorial Gente Nueva, 200, p.218.
TOMADO DE: http://www.eumed.net/rev/cccss/04/rlbv.htm
domingo, 28 de octubre de 2012
Características principales del Modernismo
Hay que aclarar que en un comienzo el Modernismo no es necesariamente un movimiento literario, ya que no sólo se vincula a lo artístico, sino a una serie de actividades, expresiones sociales y pensamientos que adquirían mayor proporción sobre finales del siglo XIX y comienzos del XX.
“El Modernismo, entonces, (…) es
la forma literaria de un mundo en estado de transformación,
metamorfosis universal que percibió Martí con clarividencia en 1882.” (Iván A. Schulman)
La evolución del Modernismo se da por influencia de
procesos e ideas que van tomando forma y generando conflictos sobre
finales del siglo XIX, como por ejemplo: la industrialización, el
positivismo filosófico, la politización creciente de la vida, el
anarquismo ideológico y práctico, el marxismo incipiente, el
militarismo, la lucha de clases, la ciencia experimental, el auge del
capitalismo y la burguesía, neo-idealismo y utopías… Aparece, por lo tanto, en
las obras del Modernismo una profunda preocupación por el estado de
confusión ideológica en que se vivía y por la soledad espiritual de la
época.
Se considera su comienzo en lo literario tanto en las
obras de José Martí (con su libro Ismaelillo, de 1882) y Rubén Darío
(con su libro Azul…, de 1888).
También se
caracterizó por ser la expresión americana de una literatura que buscó
la ruptura con respecto a una tradición que venía de la literatura y el
arte europeo; el Modernismo persiguió el ideal de una búsqueda de la expresión de lo americano.
“Ni en qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras repúblicas dolorosas de América,
levantadas entre las masas mudas de indios, al ruido de pelea del libro
con el cirial, sobre los brazos sangrientos de un centenar de
apóstoles? De factores tan descompuestos, jamás, en menos tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compactas.” (José Martí; en su artículo Nuestra América).
Para Martí el Modernismo y la búsqueda de qué es lo
americano se unen. Pues para el poeta cubano era central conocer,
entender y comunicarnos profundamente con este suelo y esta realidad en
la cual vivimos; sólo de esa manera podremos afirmar nuestra
originalidad (o sea nuestro origen), entendiendo qué es ser americano.
Para lograr expresar ese sentimiento de lo americano, el Modernismo buscó la originalidad en la expresión, rompiendo con las viejas formas de escritura que todavía se utilizaban
(y que venían de un movimiento anterior netamente europeo: el
Romanticismo). Así se percibe que en el Modernismo hay una búsqueda de
lo exótico (haciendo referencias permanentemente a culturas como la
china, la japonesa, o de la Antigüedad griega o la Edad Media). La
originalidad se planteó desde el momento en que el lenguaje en la prosa y
la poesía modernistas se vinculó con la aparición de imágenes nuevas a través de las metáforas, antítesis y comparaciones. Asimismo hay un descubrimiento y tratamiento de nuevos ritmos y melodías trabajados por medio de la sonoridad de las palabras; por otra parte, se busca en la poesía modernista evocar o sugerir antes que expresarse con un lenguaje explícito (1).
Se ha planteado, y esto es muy discutido, que existen
dos maneras de enfrentar la creación entre los escritores modernistas.
Una sería la de los escritores que asumen un compromiso con su realidad, que se preocupan por los conflictos e injusticias sociales. Por otra parte, se habla de escritores torremarfilistas (2),
creadores despreocupados de los acontecimientos sociales que se
aislaban cultivando su arte de manera personal, sólo preocupándose por
alcanzar una máxima belleza en su arte (buscando el arte sólo por hacer
arte). Muchas veces los llamados torremarfilistas se definían como seres
rechazados por la sociedad, a la que no le interesaba su arte. De
manera que buscaban en la poesía, o en la prosa, una Belleza suprema
como algo no contaminado, puro (3). Se ha clasificado a José Martí como
un poeta de compromiso con su tiempo y sociedad; en cambio se ha definido al poeta uruguayo Julio Herrera y Reissig como un torremarfilista (4).
—-
(1) Estos procedimientos son tomados de la poesía francesa de la
época, especialmente de movimientos como el Simbolismo y el
Parnasianismo(2) La expresión viene de la frase “torre de marfil”; pues se consideraba a los torremarfilistas como seres que se aislaban en torres de marfil, haciendo referencia a la altura (torre) y a la pura belleza que no se deja manchar por las cosas comunes y cotidianas (marfil)
(3) Pero en definitiva… rechazar los valores de una sociedad y aislarse, ¿no es una manera también de hacer una crítica muy profunda a esa sociedad?
(4) Le escribió Herrera y Reissig en una carta a un amigo: “(…) me arrebujo en mi desdén por todo lo de mi país… yo, desperezándome en los matorrales de la indiferencia, miro sonriente y complacido los sucesos, las polémicas…”.
TOMADO DE: http://laclasedelaire.wordpress.com/2008/09/19/caracteristicas-principales-del-modernismo/
sábado, 27 de octubre de 2012
JOSÉ MARTÍ Y RUBÉN DARÍO
Ilustración: Obra en cera de la artista Isabel SantosPor María Elena Balán Saínz
El poeta nicaragüense Rubén Darío, cuyo nacimiento se celebra en enero, sintió por José Martí una gran admiración, aún cuando no lo conocía personalmente y sólo tenía referencias de sus escritos en los periódicos de Caracas, México y Argentina.Un día, estando hospedado en un hotel en Nueva York, Darío recibió la visita de Gonzalo de Quesada, quien le comunicó que el patriota y escritor cubano lo esperaría en el Hardman Hall, donde pronunciaría un discurso a favor de la causa revolucionaria en Cuba.
El poeta nicaragüense escribió posteriormente refiriéndose a aquel encuentro:
Fui
puntual a la cita, en compañía de Gonzalo de Quesada, y entré por una
de las puertas laterales del edificio donde hablaría el gran
combatiente.
Pasamos
por un pasadizo sombrío, y de pronto, en un cuarto lleno de luz, me
encontré entre los brazos de un hombre pequeño de cuerpo, rostro de
iluminado, voz dulce y dominadora al mismo tiempo, y que me decía esta
única palabra: Hijo.
Cuando transcurridos unos pocos años de
aquel primer encuentro en Nueva York, Martí cayó en Dos Ríos, el poeta
nicaragüense le dedicó sentidos versos, en los cuales destacó la
universalidad del Maestro, porque más que de Cuba era del mundo, según
aseveró.
DOS PARADIGMAS DE LA CULTURA Para algunos estudiosos, el conocimiento de Rubén Darío sobre José Martí se ubica en el año 1886, mientras otros dicen que fue un poquito antes. Lo cierto es que el escritor nicaragüense sintió una especial simpatía por la poesía y la prosa del más universal de los cubanos, y son numerosas las citas en que expresa esa admiración. El investigador Salvador Bueno en un estudio sobre posibles inter.-textualidades entre La Edad de Oro y el poemario Azul, de Darío, dice que debe tenerse en cuenta que los dos intelectuales tuvieron la influencia de Hans Christian Anderson.
De ahí que cuando Martí escribió La muñeca negra y Los dos ruiseñores aparezca una especie de referencia a lo planteado en el poema Azul
El tema de los chinos fue abordado por el cubano y el nicaragüense, quienes hicieron referencia al asunto en las citadas obras. Otros
investigadores reconocen que tanto en Darío como en Martí se aprecia
una reverencia, una devoción que los identifica. Ambos llevaron
igualmente, el periodismo al rango de literatura. En el prólogo de los Versos Sencillos, del Héroe Nacional, y el Canto Herrante, de Darío, existen similitudes, que aparecen también en otros parlamentos de los reconocidos autores, quienes tuvieron la alegría de conocerse en 1893 en la ciudad de Nueva York.
TOMADO DE: http://wwwarcadecubania.blogia.com/2007/011901-jose-marti-y-ruben-dario.php
Rubén Darío y sus poemas
Símbolo del Modernismo y un poeta sensible
Red Blogia
10:44h Jueves, 25 de septiembre de 2008
10:44h Jueves, 25 de septiembre de 2008
Rubén Darío es considerado uno de los escritores más importantes de la literatura latinoamericana, símbolo de una de las corrientes literarias más novedosa conocida como Modernismo, corriente
con la que América sienta las bases para el desligue de la influencia
europea, casi como una liberación que en ese entonces también se
extiende al campo literario.
Representa en sus obras y poemas el exotismo, la musicalizad y el cosmopolitalismo
que caracteriza a la corriente literaria que por primera vez nace en
Latinoamérica y se distancia de la influencia europea. Escritor que
experimentó tanto en prosa como verso, resaltó mucho más en la poesía, con obras como Prosas Profanas, Epístolas y Poemas, Abrojos, Canto a la Argentina y su obra más lograda, Azul.
El Modernismo surge como una corriente literaria que se establece bajo los principios estéticos del Romanticismo de Byron y Bécquer,
se nutre también del Simbolismo de Verlaine y del Parnasianismo de
Leconte de Lisle y José Maria de Heredia. Resulta entonces una mezcla de
propuestas, del romanticismo clásico absorbe el sentimentalismo, el amor por la naturaleza y la obsesionada búsqueda por la libertad; del Simbolismo se acoge a la imagen evocada y sugerente; del Parnasianismo la idea del arte por el arte y la belleza estética de la obra.
Con todas estas bases, se compende que el Modernismo de Rubén Darío, se convertiría en una corriente estilista, con un resaltado interés por lo estético,
lo formal y lo cosmopolita. Un precedente interesante de esta corriente
fue José Marti, pero con este autor solo se alcanzó un conocimiento
local del Modernismo, fue finalmente Rubén Darío quien logró
universalizar el fenómeno modernista en 1888. Su primera publicación,
Azul en 1888 inauguró la corriente literaria y luego la catapulto al
conocimiento mundial con la publicación de prosas Profanas en 1896.
Es importante resaltar que la época en la que el Modernismo se desarrolla como corriente literaria en toda América, es una época de importantes cambios socioeconómicos en los países hispanoamericanos, empieza en los países del continente a ingresar grandes empresas americanas e industrias poderosas, lo que genera un fuerte cambio en la sociedades. Las obras de arte
pasan por un proceso de transformación, en el que como parte del
mercado, se vuelven también mercancías y adquieren valor monetario.
Como ya contamos, Rubén Darío publicó su poemario más representativo en 1888, una obra en la que se centra en la búsqueda de la belleza, interesado por la perfección y la musicalidad que sus poemas puedan alcanzar. El poemario representa un rescate y renovación de la métrica y el uso de estrofas clásicas que ya se habían dejado de utilizar. Entre otras características, se puede notar la interesante evocación a la cultura griega,
como una referencia de esa misma perfección en la que se dedica durante
todos sus versos a encontrar, es pues una poesía con una alta carga
sonora y un lenguaje que se vislumbra como fuente enriquecedora del
idioma.
Catedral basílica de la Asunción, aquí llacen los restos del poeta - imagen obtenida de Wikipedia, autor: Jagal.
Azul, forma parte del género lírico y la vez narrativo,
y pertenece por tanto, a la poesía y a los cuentos. Su contenido trata
de historias breves escritas en prosa y también en siete poemas. Fue publicado por primera vez en Santiago de Chile en el año 1888,
pero ya los poemas y los cuentos habían sido publicados por separado en
revistas y diarios de Santiago entre los años 1886 y 1888.
Los cuentos que se presentan son de breve extensión y hacen referencia en sus mayoría a seres inexistente, muy bien imaginados por el autor; en cuanto a los poemas son dedicados al amor,
pero de manera sensual, llenos de dolor, de sarcasmo y de blasfemia
hacia le amor mismo. Se deduce en sus versos una idea de poeta como ser
extraño e incomprendido por la humanidad, es casi un manifiesto de la
visión del autor de su naturaleza poética y de lo afectada que es esta,
al encontrarse en un mundo al que aparentemente no puede pertenecer por
su virtud poética que termina siendo la razón de su dolor y mal vivir.
Entre
líneas se entiende la filosofía del autor, como un convencido de que el
poeta se ha convertido en el único ser auténticamente sensible y con
capacidad para ser libre; por tanto la poesía no debe ser útil,
simplemente deber ser bella, debe ser considerada para un fin
esteticista y uno utilitario.
Otro poemario que también se encuentra
entre los más destacados del autor es el que fue publicado en el año
1896, titulado bajo el nombre de “Prosas Profanas”, es la obra representativa de la etapa cumbre del Modernismo,
debido a que en sus contenidos representa todas las características
formales de la corriente literaria, es como un modelo intencional de lo
que el Modernismo fue hasta ese momento. La obra está caracterizada por un sentido netamente musical,
manifestado en diferentes ritmos que el autor ensaya en los versos,
entre sus intenciones está la recreación de diferentes mundos ficticios,
lugares exóticos y también remotos.
En muchos paraderos de la obra hace
referencias a la cultura griega, quizá con esa intención de demostrar la
búsqueda por la perfección y la esteticidad de sus conceptos.
La obra se divide en 5 partes principales y esta compuesta íntegramente por poemas. Los temas principales que se manejan a lo largo de la obra son la sensualidad y el erotismo.
En general, los poemas de Rubén Darío son referidos al amor
y a la posición existencial del poeta como ser incomprendido, forman
parte de una corriente literaria que surgió como resultado de varios
conceptos distintos, en la búsqueda por la belleza artística; con un
concepto muy imaginativo en que lo principal son las imágenes, la
musicalidad y el fin vano de la poesía.
Créditos:
Imagen 1: Fotografía de Rubén Dario – imagen obtenida de Wikipedia, autor desconocido, copyright expirado.
Imagen 2: Rubén Dario vestido de embajador – obtenida de Wikipedia, autor: Jorge Mejía Peralta.
TOMADO DE: http://www.leergratis.com/autores/ruben-dario-y-sus-poemas.html
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