sábado, 28 de agosto de 2010

MARTÍ Y EL SOCIALISMO

    Nos dice Don Manuel Isidro Méndez en su libro "Martí, amigo del hombre", Martí piensa sólo en la felicidad y progreso del hombre, y le llega al corazón, porque lo comprende y ama, le habla de lo que él ha vivido y sentido, de la felicidad, del desinterés, de la alegría, del dolor que merma el de los demás, del interno consuelo del corazón cuando realiza el bien, de la ventura que infunde al espíritu el descubrimiento de la verdad que se revela mejor a los pobres y a los que padecen; por este benéfico influjo de Martí, advierte Enrique José Varona, el gran filósofo, "Que, no hay regla de vida más alta y más fecunda."
    Y agrega Don Isidro Méndez; "Haber logrado una purificación personal, que como mínimo, nos libre del odio a los demás, es senda para conocer a Martí. Este requisito culmina en extirpar del ánimo toda aversión al que nos quiere mal o nos daña, difícil proceso; pero posible."
    Sírvanos estas palabras como introducción en el estudio de Martí referente a sus ideas sobre el Socialismo.
    Mucho han especulado los que detentan el poder en nuestra patria (Cuba) llevando a una confusión a las nuevas generaciones de que José Martí es el Padre o inspirador de la Revolución Comunista que por desgracia allí predomina.
    Suelen tratar de confundir el Humanismo de Martí, su amor por la justicia, por el bienestar y la felicidad del hombre, con su régimen que a todas luces trae todo lo contrario, pues precisamente lleva al hombre a un estado, en el que al imponerle, por medios crueles y arbritarios su doctrina, le impide lo que más Martí estimaba en su vida, que es el respeto a la libre expresión del pensamiento, al libre albedrio, a la libertad, que es el más sagrado patrimonio con que la Naturaleza nos ha dotado. "Para la libertad, nos ha creado Dios", nos dice el Evangelio y tan es así que debemos escribir con letras mayúsculas, con letras de oro que reluzcan estas palabras de Martí:
    "Asesino alevoso, ingrato a Dios y enemigo de los hombres, es todo aquel que con el pretexto de enseñar un cúmulo de ideas nuevas, deja caer en los oídos de las juventudes, la doctrina bárbara del odio, en lugar del Evangelio sublime del amor."
      Aquí tenemos en forma precisa y categórica su verdadereo sentir para los predicadores del odio, los califica de asesinos alevosos, porque trabajan en la sombra, con la traición y el engaño, y son enemigos del hombre porque lo van destruyendo tanto física, como moral y espiritualmente y niegan a Dios, porque niegan el amor, y Dios es amor.
    Estas palabras del Maestro merecen ser divulgadas y lanzadas a todos los vientos por todos los medios de expresión, de hacerlo así estaremos cumpliendo con un sagrado deber, de que la verdad se abra paso.
    Y como si fuera poco vamos a reproducir otros pensamientos suyos en donde nos deja entrever con su gran don profético que se remonta a los tiempos venideros, lo que sería para la Humanidad el Socialismo en la forma que se le está practicando, este trabajo se titula "Martí y el Socialismo" y dice lo siguiente:
    "Esa futura esclavitud, decía Martí, en el Socialismo y añadía profetizando lo que pasaría en un estado Socialista":
    Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanzas y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes; como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente vienen a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el Estado cuide de él, para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que plugiese al Estado asignarle, puesto que es a este sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facilidades necesarias para recabar los medios de cumplir aquellos."
    "De ser siervo de sí mismo pasaría el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas como se llaman ahora, irán a ser esclavos de los funcionarios. Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene dominio sobre él, y en ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo, y como los funcionarios son seres humanos y son abusadores, soberbios y ambiciosos, y su organización tendría gran poder, apoyados por todos los que esperasen aprovecharse de los abusos y por aquellas fuerzas viles que siempre comparan entre los oprimidos el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, este sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo de los quebrantos, hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio, y las astucias del vicio originan pronto y fatalmente en toda organización humana...El funcionario autocrático abusará de la plebe, cansada y trabajadora, lamentablemente será, y general la servidumbre."
    "La victoria no está sólo en la justicia, sino en el momento y modo de pedirla, no en la suma de armas en la mano, sino en el número de estrellas en la frente."
    "No hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino en el que enseña remedio blando al daño".
    "La mente humana artística y aristocrática de suyo, rechaza a la larga y sin gran demora, a poco que se la cultive, cuantas reformas contiene elementos brutales e injustos."
    "La conquista del porvenir ha de hacerse con las manos blancas."
    "El rigor permanente da equilibrio justo."
    "Son los rusos el látigo de la reforma, mas no, no son aún estos hombres impacientes y generosos manchados de ira los encargados de poner cimiento nuevo al mundo, ellos son la espuela y vienen a punto, como la voz de la conciencia, que pudiera dormirse, pero el acero del acicate no sirve bien para martillo fundidor."
    "Cuando la masa de que están hechos todos los hombres se confunda en una masa común, entonces podrán reducirse a una existencia nivelada y equopartícipe los varios, rebeldes, brillantes espíritus de los hombres."
    "Si la Tierra llegara a ser una comunidad inmensa no habría árbol más cuajado de frutos que de rebeldes gloriosos al patíbulo, pues jamás renunciaría el hombre al espíritu de creación y de conquista y al ejercicio de sí propio con que le ha dotado la naturaleza."
    "En los Estados Unidos se ha de decidir, aunque parezca prematura profesía las leyes nuevas que han de gobernar al hombre que hace la labor y al que con ella mercadea. En ese colosal teatro llegaría a su fin el colosal problema".

Pie de foto: Óleo de Esteban Valderrama que representa la Caída del Apóstol en Dos Ríos, el 19 de mayo 1895

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